ARMONIZACIÓN DE
CHAKRAS CON CRISTALES
Desde tiempos ancestrales las piedras y cristales han sido usadas en el arte de sanar por su gran poder energético, desde tibetanos, egipcios, chamanes, curanderos, brujas, sanadores y distintas civilizaciones comprobaron que es una fuente de energía sanadora.
A lo largo de la historia han surgido una serie de especialistas que buscan compensar la energía del hombre, mejorar su circulación o actuar sobre el cuerpo energético para curar enfermedades y mantener la salud.
EXISTEN VARIOS FACTORES EXTERNOS E INTERNOS QUE PUEDEN DESEQUILIBRAR NUESTRA SALUD. ÉSTOS SON LLAMADOS DE ATENCIÓN PARA QUE OBSERVEMOS NUESTRA VIDA EN FORMA MÁS CONSCIENTE.

MIEDO, IRA, PREOCUPACIÓN, FALTA DE ALEGRÍA, DIFICULTADES PARA TOMAR DECISIONES, CONCRETAR PROYECTOS O
PARA CRECER EN EL AMOR SANO Y DESINTERESADO.
Todas las emociones actúan con gran fuerza sobre nuestro plano físico, espiritual, mental y sobre nuestra alma.
Las emociones en negativo producen desequilibrio y bloqueo en nuestra corriente energética originando enfermedad en nuestro cuerpo físico. “PUEDEN SER ELIMINADOS GRACIA AL TRABAJO DEL SISTEMA DE CHAKRAS” (CENTROS ENERGÉTICOS SUTILES DEL HOMBRE)
FUNCIONES DE LOS CHAKRAS ( 7 PRINCIPALES )

Su función es la recepción, acumulación, transformación y distribución de la energía ó “prana” a los campos físicos, anímico y espiritual.
Los cristales nos ayudan a armonizar estos 3 campos.
Dicho de otra forma: nuestro humor, nuestra salud y nuestra paz interior dependen de la forma en que nuestro sistema de chakras distribuye o se deshace de la energía.
¿Para que nos sirve la armonización? Sirve para:
Ø Activar la energía vital (Fuerza de autosanación).
Ø Para curar nuestro cuerpo físico de dolores, tiroides, problemas ginecológicos, problemas cardíacos, etc.
Ø Eliminar bloqueos de energía (se manifiestan con dolores agudos, crónicos y demás síntomas).
Ø Generar fuerza interna y valor.
Ø Relajar el organismo y la mente para poder pensar, ver la realidad y decir la verdad.
Ø Deshacernos de cargas y emociones traumáticas viejas instaladas en nuestro cuerpo que nos enferman.